Odio esto, odio por lo que paso, no acepto que estos cambios bruscos ocurran. Querer estar molesto, leer algo y sonreír para volver a recordar que quiero estar molesto. Dulce ironía, como lo disfrutas.
No tengo la necesidad de llorar para demostrar que estoy mal, para dejar claro que estoy derrotado, que ya la armadura me pesa, las heridas me sangran y las penas me atormentan. Estoy cansado.
La música no me relaja, me genera estrés pero no puedo dejarla, es un lazo indestructible que revive momentos que quiero parar de asimilar.
Curiosa palabra, "Querer", 2 significados, millones de interpretaciones.
¿He cambiado? Puede ser ¿Madurado? Lo dudo.
Me he dado cuenta que ya he aprendido a vivir sin él, ya la lista de dependencia se reduce pero no para bien. Es como ver cuadros de familiares lejanos, saber que son parte de tu familia pero no están al alcance de tu mano, no es lo mismo, ya no compartimos el cuarto, el baño, la ropa, los zapatos. Su vida siguió al igual que la mía.
¿Tengo amistades? No responderé esto... una pregunta muy trucada.
Ya no sé como dialogar, no puedo mantener una conversación sin sentirme incómodo a la quinta oración sea por incomodidad propia o detectar al por parte del otro interlocutor. Se ha vuelto frecuente esto con mis compañeros. Creo que los munes los atosigan pero yo no los dejaré.
El Principito se ha vuelto como una Biblia para mi, y tampoco puedo olvidar a Annelies Frank, la persona que me demostró que con mi familia me puedo sentir incómodo pero siempre serán mi punto de apoyo, mi zona de seguridad. Ana, ya entiendo porque le escribías a Kitty sobre tus amigas de esa manera. Gracias.
¿Dejarías el país? Patria es una, nacionalidades muchas.
Si muy bien yo estoy en contra del actual gobierno, eso no le quita lo bello a mi hermosa Caracas. En uno de estos días fui a ver Orinoco, musical venezolano que unen el joropo con el flamenco interpretando la obra de Rómulo Gallegos, Doña Bárbara. Este espectáculo lo presencie en la gran Aula Magna, no tenía palabras para describir su majestuosidad, cuando entre me dí cuenta que ese era el lugar donde me graduaría en un futuro, pero no desvariemos, yo ya mentalizado que eso sería una pérdida de tiempo y una buena siesta con aire acondicionado, comenzó el zapateo...
Las luces tenues empezaban a mostrar a los intérpretes musicales y poco a poco a los bailarines con un estricto ritmo al zapatear. Debo decirles que de esa sala, yo particularmente salí zapateando el ritmo base del joropo y eso me hizo pensar "No importa el partido político que desempeñemos, no importa el colegio en que nos graduamos o la universidad en la que estudiamos para saber que la cultura la estamos dejando a un lado para adquirir los modismos o culturas europeas y asiáticas... la cultura venezolana es única y después de eso puedo decir que es muy buena, entonces ¿por qué la falta de interés a ella?".
¿3 naranjas para llevar? Divide la diferencia ¿y los olivos? Aceite volverán ser a.
Yoda amigo un me enseñó que para entenderse a dar no importa el estar en orden, saldrá todo igual.