Es duro recibir una noticia que sea un beneficio excelente para una persona mientras que para ti es un puñal en el corazón. Cuando mi hermano me dijo que se iba a Estados Unidos, yo me quede como 5 segundos pensando, en los cuales por lo menos pasaron 10 pensamientos diciendo: "¿Otra vez una larga espera más?; ¿Otra vez esperarte todas las noches, saber que nunca llegarás y me abrazarás?; ¿Otra vez tendré que llorar a escondidas en el carro cuando te estemos llevando al aeropuerto?" y así, para ese momento no lloré y ni le dije nada de eso, solo no dije nada y lo abracé con fuerzas y entusiasmo fingido, después de eso omití el tema hasta la noche.
En la noche me puse sentimental al volver a pensar todo lo que me había pasado por la cabeza, pensar en ese martirio que viví esos 4 meses que sentí que fueron como 5, fue duro para mí, no sé si para otros, vayan a saber ellos. Esa noche lloré.
Después de ese día al verlo a la cara recordaba que se iba y el alma se me ablandaba.
Lo fui superando poco a poco, ya al mes no volvía a sentir esa sensación hasta que le conté a Daniel, un día hablando por mensajes instantáneos, me desmoroné, la confianza que ya había desarrollado y fortalecido se arrugo cual papel, tanto fue las penas que empecé a llorar, confiándole a Daniel que estaba llorando. Él en intento de consuelo no logró animarme a la primera y menos a la segunda y yo cada vez lloraba con más exasperación y de alguna manera logró detenerme con un chiste que ya ni recuerdo... y justamente después de que parará de llorar, mi hermano entra al cuarto y yo con los ojos un poco hinchados lo saludo y cierro rápidamente la ventana procurando de que no haya leído su contenido, después de ese instante, intente cambiar el tema con Daniel y seguimos hablando normalmente como siempre. Esa noche me mantuve firme hasta donde pude.
Luego el tema de que mi hermano se iba, se volvió un tema de conversación común en la familia y mío con mis amigas de confianza (Alina, Verónica y Alessandra), y nuevamente ya no me pegaba el dicho tema.
Y hoy, estoy aquí confesando, entre lágrimas, música y recuerdos que mi hermano se va mañana a USA, su larga espera culminó mientras que mi largo dolor comienza.
Mi hermano se va por 5 meses, 150 días aproximadamente sin verlo, sin sentir afecto de él, sin escuchar un "te quiero hermano", sin sentir sus cálidos brazos rodeando mi cabeza y yo su espalda, nada...sólo una conversación fría por cualquier red social.
Mañana capaz sea una despedida emotiva, ¿quién sabe? ¿él? tal vez... ¿yo? seguro que sí ... en fin, el hecho es que se va y yo no podré evitarlo aunque tanto lo deseé, es su futuro, su carrera, SU VIDA, mientras que lo mío es un corazón y unos que otros sentimientos que se pueden silenciar...
Podría hablar de todo lo que anhelaría de Nano pero sería más sufrimiento y más lagrimas que desperdiciar cuando aún lo tengo aquí, mejor dejar eso para otro día, un día en el que tenga una buena razón para llorar, aunque la que tengo es mucho más que suficiente...
Nano, te extrañaré todo lo que pueda, recuerda siempre te esperaré con los brazos abiertos aquí en el cuarto.
Me prometí hoy no llorar y no me pude contener, te extrañaré, así de simple.
Te quiero Nano.