miércoles, 24 de julio de 2013

Nos vemos dentro de poco

Muchas cosas que escribir, demasiadas ideas desordenadas y el tiempo aún sigue corriendo.
Por un lado estoy feliz, el mes que pensé que sería interminable en una pueblo de Texas pasó tan rápido como quise cuando me anunciaron el repentino viaje, volveré a ver a mis papás, primos, tías y abuelos y posiblemente también a mis amigos, la rutina de los toques inesperados de semana regresarán y el tesoro más preciado, Bahía será disfrutado como lo merece. Por otro lado, el lado opuesto de la moneda, estoy triste, cuarenta y tantos días se transformaron en cuarenta y tantos de horas, casi nada, dejo un idioma que lentamente me ha enamorado, la sensación de seguridad sobre protectora desaparecerá y lo más doloroso, el golpe que me remata, tengo que dejar atrás a mi hermano. Básicamente estoy de duelo.
No me puedo sucumbir a cualquier sentimiento, ambos se mantienen en un equilibrio mutuo perfecto que de vez en cuando se tambalea inclinándose mucho más a un lado que el otro. Una balanza sería la mejor representación para el momento, me explico.
En un platillo tenemos toda la felicidad que abunda sólo en pensar que volveré a ver a mi madre, abrazarla tan fuerte que me pedirá que la suelte un poco para respirar seguido de un resoplido agudo de aire, pegar la cabeza en el pecho de mi padre, oler esa característica colonia Polo mezclada con Hugo Boss y pedirle la bendición como es de costumbre, ser apurados mi hermana y yo para irnos rápido del aeropuerto y hablar todo el viaje subiendo a Caracas. Luego, ver a mi primo graduado, toda una dicha y orgullo, un título que se merecía desde hace varios años pero es el sistema el que dice cuando debe ser entregado, asimismo veré a mis cuatro galantes primas, una pequeña pero más energética que toda la familia junta y tres más grandes que yo donde la edad no importa, todos jóvenes al fin y al cabo; mis tíos, cada uno con su personalidad preguntándonos acerca de todo lo que vivimos del viaje, riéndonos y disfrutando de la fiesta por el logro de mi primo. Nada como la familia. Sumar todo esto a Bahía es una combinación fenomenal, algo que es digno de anhelar en cualquier lado, sin comparación alguna. Únicamente disfrute.
Ahora, en otro platillo tenemos la tristeza que representa dejar a mi hermano con esta soledad de pueblo donde nadie se conoce pero las puertas no las separa más de medio metro. Siento que lo estoy torturando al escribir lo bien que me voy a sentir de nuevo en Venezuela mientras que él está aquí con comida chatarra, polvo y aire acondicionado que hiela los huesos. Es injusta la distancia, nadie merece estar separado de su familia cuando se desea tanto convivir con ella. Los días volaron, cada vez más cortos con risas más fueres y duraderas, historias curiosas y regaños para la posteridad, recuerdos invaluables. Todo hecho una falsa ilusión de tiempo. No quiero pensar en como será el viernes pero me imagino la escena, el primero en llorar seré yo, seguido por mi hermana y mi hermano, todos sabiendo que un mes fue más que suficiente para acostumbrarnos a nuestras presencias y lo largo que serán los siguientes para volver a la rutina. Los abrazos fuertes, largos, húmedos y calurosos al mismo tiempo destrozarán todas las barreras de querer mantenerse firmes al no llorar, la frase que nos dirá antes de volver a verlo por última vez en este viaje y las largas despedidas. Ya tengo el corazón hecho añicos y los ojos junto a los lentes abarrotados de lágrimas; dicen que querer es poder, yo no quiero irme para no dejarlo sólo pero no puedo hacerlo. Como les dije a mis hermanos una vez en una de nuestras muchas conversaciones de cena, "No todas las frases aplican para  cada situación". Esta es la situación a la que me refería, muchos factores influyen y la frase no se puede acoplar en su complejidad a la situación volviendo automáticamente su significado nulo. Supongo que mi consuelo será durante el vuelo un libro donde el protagonista tampoco sabe como afrontar su problema, el playlist titulado "El viaje de Nano, el enano" que en este caso se llamará "El viaje de Eruarito, el enanito", largas siestas si llego a pegar un ojo y la esperanza de llegar rápido a Caracas para poder jugar Call Of Duty en línea con él o skypear para preguntarle como le fue en ese viaje de regreso, aunque yo ya sé como habrá sido.
Al ya exponer ambos lados de la balanza queda claro como me encuentro tan arraigado a los dos. Sólo quiero decir que este fue el mejor viaje que he tenido y creo que las causas ya fueron expuestas.

Nano, este párrafo va dedicado sólo a ti.
Te voy a extrañar demasiado, las lágrimas que voy a derramar en el aeropuerto van a ser de tristeza, dura tristeza de no poder verte por cinco semanas cuando ya pasamos seis que jamás olvidaremos. Te quiero hermano, se que estoy escribiendo como si nunca habláramos pero tienes que entender lo difícil que es para mi que ya no estés todos los días conmigo allá en Caracas y ahora yo no podré estar todos días contigo en Texas, siempre voy a entender que es para con tu futuro y tu buena vida que estés aquí en Estados Unidos. Siempre recuerda, en Caracas habrá un cuarto esperando a que entres y me abraces, ten por seguro que la cama estará tendida y que dejaré de poner la ropa encima de ella, esta vez me limitaré a usar la escalera. Cuando nos veamos en Los Ángeles puede ser que no llore pero si lo hago esa vez las lágrimas serán de felicidad por volver a verte tan feliz y barbudo con tu super v en el cuello. Ahora lo interesante, busca bien en la habitación, pequeñas partes de mi están ahí, sólo tienes que ser astuto. Para ser justos te daré unas pistas, atento: Nuestro tema favorito de cenas, "¡Es mi turno! ¿Son dos rondas?", mesa, 29, Nintendo y Samsung. Te quiero gafito. 
Nos vemos dentro de poco.

viernes, 19 de julio de 2013

Soledad

Me preocupa tener que dejarlo cuando ya apenas logré entender un poco como funciona la soledad.

Él todos los días nos extraña sabiendo que al cruzar el marco de la puerta nos encontrará dormidos, despiertos, jugando o comiendo, pero siempre feliz porque estamos ahí luchando sin darnos cuenta contra la inmensa soledad que tienen estas habitaciones de hotel de autopista. Es duro, yo apenas lo entendí tres días después de despedir a mi madre, él ya la ha ido conociendo y no la merece. 
Uno nunca sabe como estar sólo, son los ermitaños los que deciden por voluntad propia vivir solos, él no, y yo tampoco. Supongo que es parte de la vida tener a la soledad de compañera e ir conociéndola sin jamás terminar saber todo de ella. 
El consuelo de saber que lo veré un mes después de ya haberme ido no me satisface del todo, él me lo dijo: "el hombre es una persona que no está acostumbrada a la soledad, uno nace teniendo una familia que permanece toda la vida contigo y es por razones externas que uno se debe separar de ella". Es verdad en parte.
Lo único que ahora tengo de consuelo es a Drexler.

miércoles, 10 de julio de 2013

Oficina postal

Cada vez me tiene más preocupado el pensamiento que frecuento en todo el día y atormenta por las noches al momento de colocar mi cabeza en la almohada fría y ver el techo. Cientos de oraciones pasan en mi cabeza queriendo ser pronunciadas por mi imprudente boca sabiendo el placer que tendrían esas palabras con sus sabores amargos, crudos, implacables y directas. Desconoces cuanto quiero decirte cada palabra que he pensado y para mi, te mereces pero es mi compasión, tus palabras necias sin sentido y otros factores externos que no puedo controlar los que no me dejan decirte en tu cara todas las cosas que me molestan de ti. Fueron treinta los días para entender que no quiero seguir hablándote porque se como terminarán todas las conversaciones y yo soy el que termina más molesto de los dos.
Ahora en estos precisos instantes lo acabas de volver a hacer, ¿es tu hobby? ¡No me gusta! Pero dudo que lo vayas a entender, tu terquedad es digna de admirar, me lo demostraste ayer. 
No quiero escribir de ti, me limitaré a decir una cosa que no me interesa si lees o no, me da igual: la fraternidad es algo muy fuerte, tal vez inquebrantable, algo que jamás separa personas, únicamente los une y es eso lo que ella está haciendo hoy, mantenernos unidos, no éste confinamiento agradable y exótico en el extranjero porque si habláramos de lazos, te prometo que todo sería distinto, no me has dado ni una razón para no cortarlo. Es tu actitud lo que hará que nos distanciemos, ya tu te darás cuenta.
Tal vez escribo esto porque estoy molesto contigo y tu sigues con la misma conducta de siempre o porque me cansé de decirte palabras que no tendrán otra finalidad que incomodarte y usarás para molestarme. No lo sé, lo único que sé es que cuando ponga de nuevo mi cabeza en esa almohada fría al momento de acostarme y ver el techo tendré el mismo pensamiento de siempre.

"Es tu actitud, no tu aptitud la que define tu altitud" Postal Service.

sábado, 6 de julio de 2013

Mujer busca hombre ¿ideal?

Por alguna razón donde lea o vea siempre es la mujer la más interesada en estar en una relación o "engancharse" en una, idealizándose que conseguirá al hombre perfecto, que a mi particularmente me molesta ese término (pero no cuando soy yo al que hacen referencia) porque somos nosotros los que debemos suprimir todas nuestras características, sean buenas o malas, cuando ellas no intentan siquiera en corregir las suyas por querer andar mandándonos a como actuar, comer, reír y casi que respirar, pero ese no es el punto. El punto es que ellas no saben que nosotros también estamos buscándolas, es difícil y arduo dar con ella.
No hay persona, hombre o mujer, que sea perfecta, todos tenemos defectos, y he ahí la causa y el detalle: es por el amor que los defectos empiezan a ser cualidades más que empezamos a querer, apreciar y aprender a amar. Tú dirás que tu él es perfecto y yo diré que mi ella es perfecta y tal vez no sean así, el hecho es como nosotros los vemos, únicos y perfectos con sus cualidades y defectos, presumiendo su perfección cuando puede ser otro pela gato u otra mamarracha cualesquiera. Es el querer que nos ciega. No se mentalicen de que no las queremos, es mentira, simplemente es difícil dar con ustedes, "La mejor fruta es la que se encuentra en la copa del árbol", con paciencia, y algunas veces vaselina, se llega a muchos lugares.
Y por favor, hombres perfectos no hay, la próxima vez que lo vayan a decir delante de uno tengan cuidado, molesta mucho.

miércoles, 3 de julio de 2013

Que sería

Mis suspiros tienen nombre y apellido. Suspiros que se deslizan por mi boca vacilante al observarte, sea por fotos o en persona, ambas maravillosas. Mi cabeza pierde la noción del tiempo, olvido el sentido de la percepción. El mundo es nuestro ante mis ojos, sólo estamos tú y yo. Temeroso camino hacia ti con la seguridad de un aventurero, cada tres paso originan un traspié fácil de disimular. En mi cuerpo empiezo a sentir tu mirada, como recorre mi pecho y poco a poco sube por mi cuello hasta chocar tu mirada con la mía. Mis ojos ya conocen tu cuerpo, pero no tu mirada. Me encanta. No quiero pestañar para no perderme ese color miel de tus ojos que me habla y me tranquiliza. Ya doy pasos sin traspiés, me diste seguridad.
Enseguida me encuentro frente a ti. Ya los dos nos conocemos pero no hemos tenido el placer de presentarnos. Palabras que parecen susurros salen de tu boca, al parecer es tu nombre aunque no lo escucho bien por querer sentir ese dulce calor de hogar en tu forma de hablar. Hablo y las oraciones se atropellan, soy torpe porque tu belleza me abruma. Intento volver a pedir que me repitas tu nombre; esta vez si lo escucho y sonrío como un niño pequeño notando que en la comisura de tus labios se ha comenzado a formar una sonrisa. Los sentimientos y las sensaciones están a flor de piel, no quiero perder el tiempo, quiero decirte todo lo que siempre he pensado y ensayado al verte, no sabes lo difícil que es para mi no tenerte, estar contigo es mi sueño. Ojalá pudiera saber que piensas en esa cabecita, dudo que estés como yo.
Sin notarlo, mis dedos se entrelazan con los tuyos y el calor de mis manos calienta las tuyas. Siento tu respiración en mi pecho sin despegar tus ojos de los míos, ambos aún sin parpadear, somos el mundo, tu y yo, nada más, nada menos. Reposas la cabeza en mi pecho, te das por vencida o me lo haces a entender, y yo sin pensarlo alzo con mi mano tu cabeza posando mis dedos en tu barbilla dándome el panorama de tu dulce boca. Esos labios finitos, que esconden una sonrisa y ocultan un beso me deja atónito. Ahora soy yo el que no para de ver tu boca, nuestras respiraciones se vuelven más lentas y profundas, tus ojos empiezan a cerrarse y tu mano a sujetar con más fuerza la mía, nuestra bocas a milímetros de lo impensable hace pocos segundos termina siendo una realidad. Puedo sentir tu ser, tu yo, la persona que jamás pude observar. Mi corazón se acelera, es tu culpa, mis manos recorren tu espalda y tú sujetas con fuerza mi cuello para que el momento jamás termine. Ninguno de los dos quiere eso. El aire se acaba y empiezo a sentir esos suspiros que indican la proximidad de una sonrisa. No quiero que acabe, ver tu sonrisa, tu nariz chocando levemente con la mía indican el final. Nuestras manos vuelven a estar juntas y nuestras respiraciones al igual los latidos se normalizan. Ya terminó. Siento que no te vas a ir. Así te imagino, no digo que vaya a ser así pero se que va a ser algo parecido o mejor. 

martes, 2 de julio de 2013

Pensar, escribir y actuar

Aún recuerdo esos primeros días en este blog, cuando escribir tenía que ser obligatoriamente de noche donde nadie me pudiera ver llorar y poder escribir mis textos de mi cuaderno desgastado de Digimon que solía llevar al colegio para escribir tranquilo de mis días. Una especie de diario, aunque prefiero memoria de vida, siento que diario es un término más femenino, y en él plasmaba verdades sin límites, opiniones no censuradas y lo que opinaba de todo el mundo, sin excepción alguna.

Muchas cosas han cambiado, sobretodo en las últimas tres que mencione. Cada día siento que me autocensuro, sea por esta sociedad de mierda que únicamente nos incita a pensar en la opinión de los demás y cohibirse a ser algo en ella o por la carga emocional que tienen mis pensamientos. No lo sé, lo único que puedo decir es que pienso, escribo y actúo diferente; al momento de querer decir algo lo tengo que pensar hasta que pierda el sentido y buscar palabra por palabra para que el significado o el punto de la idea este lo más oculto posible y terminar con algo incompresible hasta por su autor. Me autocensuro por tener miedo a decir de una vez por todas lo que siento porque sé que lo pueden usar contra mi, cualquier palabra dicha es digna de comparación con una bala disparada. No quiero ser acribillado por mis sentimientos.
El corazón no solo muere por falta de sangre. La soledad que yo presumía tener es algo lamentable, te carcome hasta el punto es que tus instintos pueden más que la razón y actúas. Al comienzo lo disfrutas, dices que es algo que jamás has tenido y como todo lo nuevo, nos gusta al principio, luego te vas dando cuenta como funciona, sus pro y contras y al final terminas como yo, autocensurado siendo un hombre dominado por los instintos. Un animal.

Ya no recuerdo cuando le dije "te amo" a alguien que no fuera de mi familia, ni cuando le he sujetado la mano a esa persona que me gusta, nada. Quiero amar sin temor, caerme, tener una mala relación, poder finalmente entender que no le voy a poder agradar a todo el mundo y tendré que vivir con ello, besar hasta que me quede sin aliento y de la comisura de mis labios salga una sonrisa justo después de la suya, saber que en la vida es muy difícil enamorarse y sobretodo, a no tener miedo de callarme las cosas.

No se guarden nada, hablen, el miedo al principio no es malo, tampoco los nervios pero no se acostumbren a vivir con ellos, todo en exceso es malo. Gracias por eso Nano, al fin entendí por tan simple que fuera la enseñanza.

La vida es demasiado corta para tener que acostumbrarse.