Aún recuerdo esos primeros días en este blog, cuando escribir tenía que ser obligatoriamente de noche donde nadie me pudiera ver llorar y poder escribir mis textos de mi cuaderno desgastado de Digimon que solía llevar al colegio para escribir tranquilo de mis días. Una especie de diario, aunque prefiero memoria de vida, siento que diario es un término más femenino, y en él plasmaba verdades sin límites, opiniones no censuradas y lo que opinaba de todo el mundo, sin excepción alguna.
Muchas cosas han cambiado, sobretodo en las últimas tres que mencione. Cada día siento que me autocensuro, sea por esta sociedad de mierda que únicamente nos incita a pensar en la opinión de los demás y cohibirse a ser algo en ella o por la carga emocional que tienen mis pensamientos. No lo sé, lo único que puedo decir es que pienso, escribo y actúo diferente; al momento de querer decir algo lo tengo que pensar hasta que pierda el sentido y buscar palabra por palabra para que el significado o el punto de la idea este lo más oculto posible y terminar con algo incompresible hasta por su autor. Me autocensuro por tener miedo a decir de una vez por todas lo que siento porque sé que lo pueden usar contra mi, cualquier palabra dicha es digna de comparación con una bala disparada. No quiero ser acribillado por mis sentimientos.
El corazón no solo muere por falta de sangre. La soledad que yo presumía tener es algo lamentable, te carcome hasta el punto es que tus instintos pueden más que la razón y actúas. Al comienzo lo disfrutas, dices que es algo que jamás has tenido y como todo lo nuevo, nos gusta al principio, luego te vas dando cuenta como funciona, sus pro y contras y al final terminas como yo, autocensurado siendo un hombre dominado por los instintos. Un animal.
Ya no recuerdo cuando le dije "te amo" a alguien que no fuera de mi familia, ni cuando le he sujetado la mano a esa persona que me gusta, nada. Quiero amar sin temor, caerme, tener una mala relación, poder finalmente entender que no le voy a poder agradar a todo el mundo y tendré que vivir con ello, besar hasta que me quede sin aliento y de la comisura de mis labios salga una sonrisa justo después de la suya, saber que en la vida es muy difícil enamorarse y sobretodo, a no tener miedo de callarme las cosas.
No se guarden nada, hablen, el miedo al principio no es malo, tampoco los nervios pero no se acostumbren a vivir con ellos, todo en exceso es malo. Gracias por eso Nano, al fin entendí por tan simple que fuera la enseñanza.
La vida es demasiado corta para tener que acostumbrarse.
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